Mario Benedetti, escritor y poeta uruguayo escribió poco sobre el futbol pese a ser un hincha que vivió el esplendor del Uruguay en este ramo. Como lo hace Galeano, Benedetti utiliza al futbol como metáfora de la realidad social. En aquellos tiempos, el auge del futbol uruguayo contrastaba terriblemente con la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades y libertad.
Puntero Izquierdo es un cuento incluido en el libro Montevideanos, de 1959.
La devoción de Celaya a la Real era tal, que fue correspondida cuando a su muerte, los jugadores de San Sebastián portaron brazaletes negros durante un partido contra el Athletic de Bilbao.
Josefina Aldecoa nació en La Robla (León) el 8 de marzo de 1926. Estudió Filosofía y Letras en Madrid. En los años de facultad entró en contacto con un grupo de amigos que luego iban a formar parte de la llamada «generación de los cincuenta»: Rafael Sánchez Ferlosio, Jesús Fernández Santos, Alfonso Sastre, Carmen Martín Gaite e Ignacio Aldecoa, con quien se casó en 1952. En 1969 murió su marido y por diez años permaneció alejada de la literatura, hasta que en 1981 apareció su edición crítica de una selección de cuentos de Ignacio Aldecoa. A partir de esto reanuda su actividad literaria y publica Los niños de la guerra (1983); el libro infantil Cuento para Susana (1988); las novelas La enredadera (1984), Porque éramos jóvenes (1985), El vergel (1988; Alfaguara, 2003), Historia de una maestra (1990), Mujeres de negro (1994), La fuerza del destino (1997), El enigma (Alfaguara, 2002) y La Casa Gris (Alfaguara, 2005); el libro Confesiones de una abuela (1998); y los relatos recogidos en Fiebre (2001).
¿Y que puede decir de estos soñadores a los que llama “los hombres sensibles”?
No existe el hombre sensible químicamente puro. Los hombres sensibles son una convención literaria, en la vida real no los hay, como tampoco existen sus antagonistas, los refutadores de leyenda, químicamente puros. Somos una mezcla de hombres sensibles y de refutadores de leyenda. Algunos tienen un componente mucho mayor de sensibilidad, y otros un componente mayor de raciocinio. Pero el hombre sensible químicamente puro existe únicamente en los loqueros. De cualquier forma, si se admite algún pequeño componente de razonamiento lógico, podría citar escritores como Pascal, o Don Miguel de Unamuno, que eran prototipos de hombres sensibles en la medida que privilegiaban el sentimiento por encima de la razón, a pesar de que los dos han sido eminentes pensadores: Pascal un gran científico y Unamuno un filólogo impresionante. De manera que poseían la ciencia y la erudición pero sospechaban de ella, justamente por que la conocían muy bien.
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