Palpitante y jubilosocomo el grito que se lanza de repente a un aviador,todo así claro y nervioso,yo te canto, ¡oh jugador maravilloso!que hoy has puesto el pecho mío como un trémulo tambor.
Agil,fino,alado,eléctrico,repentino,delicado,fulminante,yo te vi en la tarde olímpica jugar.Mi alma estaba oscura y torpe de un secreto sollozante,pero cuando rasgó el pito emocionantey te vi correr...saltar...
Y fue el ¡hurra! Y la explosión de camisetas,tras el loco volatín de la pelota,y las oes y las zetasdel primer fugaz encajede la aguja de colores de tu cuerpo en el paisaje,otro nuevo corazón de proa ardiente,cada vez menos despaciose me puso a dar mil vueltas en el pecho de repente.
Y te vi, Gradínbronce vivo de la múltiple actitud,zigzagueante espadachíndel golkeeper cazador,de ese pájaro violentoque le silba a la pelota por el vientoy se va, regresa y cruza con su eléctrico temblor.¡Flecha, víbora, campana, banderola!¡Gradín, bala azul y verde! ¡Gradín, globo que se va!Billarista de esa súbita y vibrante carambolaque se rompe en las cabezas y se enfila más allá...
Y discóbolo volante,pasas uno...dos...tres...cuatro...siete jugadores...
La pelota hierve en ruido seco y sordo de metralla,se revuelca una epilepsia de coloresy ya estás frente a la vallacon el pecho...el alma...el pie...y es el tiro que en la tarde azul estallacomo un cálido balazo que se lleva la pelota hasta la red.¡Palomares! ¡Palomares!de los clásicos aplausos populares...¡Gradín, trompo, émbolo, música, bisturí, tirabuzón!(¡Yo vi tres mujeres de esas con caderas como altarespalpitar estremecidas de emoción!)¡Gradín! róbale al relámpago de tu cuerpo incandescente,que hoy me ha roto en mil cometas de una loca elevación,otra azul velocidad para mi frentey otra mecha de colores que me vuele el corazón
Tú que cuando vas llevando la pelotanadie cree que así juegas:todos creen que patinas,y en tu baile vas haciendo líneas griegasque te siguen dando vueltas con sus vagas serpentinas.
¡Pez acróbata que al ímpetu del ataque más violentose escabulle, arquea, flotano lo ve nadie un momento,pero como un submarino sale allá con la pelota...!Y es entonces cuando suena la tribuna como el mar:todos grítanle: ¡Gradín! ¡Gradín! ¡Gradín!
Y en el ronco oleaje negro que se quiere desbordar,saltan pechos, vuelan brazos y hasta el fintodos se hacen los coheterosde una salva luminosa de sombrerosque se van hasta la luna a gritarle allá:¡Gradín! ¡Gradín! ¡Gradín!
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